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Artículo Original Director de Carrera Alergia e Inmunología: Dr. Juan Carlos Muiño

Valoración de la calidad de vida en pacientes con asma severa posterior al tratamiento con biológicos en el marco de la medicina personalizada

Romina Belén Defanti, Susana de Barayazarra

ARCHIVOS DE ALERGIA E INMUNOLOGÍA CLÍNICA 2022;( 01):0035-0045 | DOI: 10.53108/AAIC/202201/0035-0045


El asma bronquial es una enfermedad crónica de la vía aérea que afecta a más de 334 millones de personas en todo el mundo, es un serio problema global que incluye a todos los grupos etarios, con un incremento en la prevalencia en países en desarrollo, conlleva un alto costo económico para el tratamiento, una carga para la familia y la comunidad así como para el sistema de salud y la sociedad debido a la pérdida de la productividad en el área laboral, y especialmente en el asma pediátrica, la disrupción familiar y el ausentismo escolar. Aún es causa de muchas muertes alrededor del mundo, incluso en personas jóvenes. Los endotipos son una forma diferente de clasificación de los fenotipos y describen distintas entidades nosológicas con una etiología definida y/o un mecanismo fisiopatológico consistente. La medicina de precisión se refiere a la adaptación del tratamiento médico a las características individuales de cada paciente. No significa literalmente la creación de medicamentos o dispositivos médicos que son exclusivos de un paciente, sino la capacidad de clasificar a los individuos en subpoblaciones que difieren en su susceptibilidad a una enfermedad particular, en la biología o el pronóstico de esas enfermedades que pueden desarrollar, o en su respuesta a un tratamiento específico. Por lo tanto, podemos decir que la evaluación inicial correcta del paciente asmático y el tratamiento de precisión adecuado son las herramientas que deben aplicarse para obtener no solamente la remisión de las manifestaciones clínicas sino también una amplia mejoría en su calidad de vida. Objetivos. Evaluación de la respuesta al tratamiento con biológicos en pacientes asmáticos severos y la importancia de realizar la clasificación de fenotipo y endotipo del mismo como herramienta diagnóstica previa al inicio de un tratamiento personalizado. Material y métodos. Se trabajará con una muestra de pacientes asmáticos severos de entre 18 y 60 años de ambos sexos que concurrieron al servicio de Alergia e Inmunología del Hospital San Roque entre los años 2016 y 2019, a los cuales se inició tratamiento específico con biológicos. Se realizará un análisis de: historia clínica, medición de parámetros de laboratorio: IgE, eosinófilos, neutrófilos, clasificación de asma según GINA, espirometría, pruebas cutáneas y para valorar la calidad de vida de los pacientes asmáticos se realizará Asthma control Test (Test de control de Asma) (ACT) previa, 6 y 12 meses posteriores al inicio del tratamiento yrespuesta según Global evaluation of treatment effectiveness (Evaluación Global Efectividad Tratamiento por el médico) (GETE).


Palabras clave: asma, calidad de vida, IgE, eosinofilos, neutrófilos, pruebas funcionales respiratorias, prick test a aeroalérgenos.

Bronchial asthma is a chronic airway disease that affects more than 334 million people worldwide, it is a serious global problem that includes all age groups, with an increase in the prevalence of it in developing countries, entails a high economic cost for treatment, a burden on the family and community as well as on the health system and society due to the loss of productivity in the workplace, and especially in pediatric asthma, family disruption and school absenteeism. It is still the cause of many deaths around the world, even in young people. Endotypes are a different form of classification of phenotypes and describe different nosological entities with a defined etiology and/or a consistent pathophysiological mechanism. Precision medicine refers to the adaptation of medical treatment to the individual characteristics of each patient. It does not literally mean the creation of drugs or medical devices that are unique to a patient, but the ability to classify individuals into subpopulations that differ in their susceptibility to a particular disease, in the biology or prognosis of those diseases they may develop, or in their response to a specific treatment. Therefore, we can say that the correct initial evaluation of the asthmatic patient and the appropriate precision treatment are the tools that must be applied to obtain not only the remission of clinical manifestations but also a wide improvement in their quality of life. Objectives. Evaluation of the response to treatment with biologics in severe asthmatic patients and the importance of classifying the phenotype and endotype of the same as a diagnostic tool prior to the start of a personalized treatment. Material and methods We will work with a sample of severe asthmatic patients between 18 and 60 years of both sexes who attended the Allergy and Immunology service of the San Roque Hospital between the years: 2016 and 2019, to which specific treatment with biologics was initiated. An analysis of: clinical history, measurement of laboratory parameters: IgE, eosinophils, neutrophils, asthma classification according to GINA, spirometry, skin tests and to assess the quality of life of asthmatic patients will be performed Asthma control Test (ACT) prior, 6 and 12 months after the start of treatment and response according to Global evaluation of treatment effectiveness (Global Evaluation Effective by Physician) (GETE)


Keywords: asthma, quality of life, IgE, eosinophils, neutrophils, functional respiratory tests. prick test to aeroallergens.


Los autores declaran no poseer conflictos de intereses. Director de Carrera Alergia e Inmunología: Dr. Juan Carlos Muiño

Fuente de información Asociación Argentina de Alergia e Inmunologí­a Clínica. Para solicitudes de reimpresión a Archivos de Alergia e Inmunologí­a Clí­nica hacer click aquí.

Recibido 2021-10-15 | Aceptado 2021-12-27 | Publicado 2022-09-30

Tabla 1. Características generales de los paciente

Tabla 2. Características generales y valores de laboratorio de los pacientes en estudio.

Figura 1. Evolución en el tiempo del puntaje de ACT de los pacientes. * y **: resultados estadísti...

Figura 2. Evolución en el tiempo de los valores de espirometría pre- y post-BD de los pacientes as...

Figura 3. Valores de GETE según pacientes y médico; a los 6 y 12 meses de tratamiento.

Introducción

Asma bronquial

Se calcula que el asma afecta a más de 334 millones de personas en todo el mundo1. Constituye un gran problema de salud a escala mundial que afecta a todos los grupos de edad, con una prevalencia creciente en todos los países en desarrollo, costos de tratamiento en aumento y una carga creciente para los pacientes y la comunidad. El asma sigue suponiendo una carga para los sistemas de salud y para la sociedad como consecuencia de la pérdida de la productividad laboral, y especialmente en el caso del asma pediátrica, alteración de la vida familiar, ausentismo escolar y continúa contribuyendo con muchas muertes a escala mundial, incluyendo personas jóvenes2.

El asma, una de las enfermedades crónicas no transmisibles más comunes en niños y adultos, se caracteriza por síntomas respiratorios variables y limitación variable del flujo de aire. El asma es una consecuencia de interacciones complejas gen-ambiente, con heterogeneidad en la presentación clínica y el tipo e intensidad de inflamación y remodelación de las vías respiratorias. El objetivo del tratamiento del asma es lograr un buen control, es decir, minimizar la carga de síntomas y el riesgo de exacerbaciones. Los tratamientos antiinflamatorios y broncodilatadores son la base de la terapia para el asma y se utilizan de forma gradual. El tratamiento farmacológico se basa en un ciclo de evaluación y reevaluación del control de los síntomas, los factores de riesgo, las comorbilidades, los efectos secundarios y la satisfacción del paciente mediante decisiones compartidas. El asma se clasifica como grave cuando se requiere un tratamiento de alta intensidad para mantenerlo bajo control, o si permanece sin control a pesar del tratamiento. Las nuevas terapias biológicas para el tratamiento del asma grave, junto con los avances en biomarcadores, presentan oportunidades para intervenciones específicas de fenotipo y la realización de un tratamiento más personalizado3.

Fisiopatogenia

El modelo de asma como entidad única ahora se ha dejado de lado debido a una mayor comprensión de su heterogeneidad subyacente. El dogma tradicional del asma es el de las respuestas excesivas de células T helper tipo 2 (Th2) y la hiperreactividad específica de las vías respiratorias que conduce a la producción de IgE; si bien esto transmite con precisión los mecanismos dominantes del asma alérgico, el término “asma” ahora se considera un diagnóstico general para una colección de varias entidades distintas (endotipos) y fenotipos variables (atópicos jóvenes, obesos de mediana edad y ancianos), los que se manifiestan con síntomas de sibilancias, disnea, tos y opresión en el pecho, y se acompañan de una obstrucción variable del flujo de aire. Por lo tanto, diseccionar esta heterogeneidad está contribuyendo a nuestra comprensión de la patogenia de la enfermedad y el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas, especialmente en la enfermedad grave4.

El enfoque se ha desplazado a la delimitación precisa de las vías moleculares (endotipos) que impulsan la enfermedad. La base teórica del endotipo se corresponde con el interés actual en la medicina personalizada. Con el advenimiento de un repertorio de agentes biológicos en constante expansión, se necesita un sistema de clasificación apropiado, con biomarcadores significativos, para aprovechar los datos moleculares y adaptar las decisiones de tratamiento.

Actualmente, podemos dividir el asma en 2 entidades: en T2-alto (eosinofílico) y T2-bajo, que consiste principalmente en inflamación neutrófilica, y menos comúnmente, mixto (eosinofílico y neutrofílico) o inflamación paucigranulocítica5.

La inflamación eosinofílica alta de las vías aéreas tipo 2 está presente en alrededor del 50% de los adultos con asma, pero los estudios de abstinencia de corticosteroides a menudo revelan eosinofilia en las vías respiratorias, lo que sugiere que su prevalencia podría ser subestimado6.

La atopia está presente en 50 a 60% de los adultos y niños con asma7 pero es más común en asma severa entre niños y entre adultos con enfermedad de inicio en la infancia vs. enfermedad de inicio tardío8.

La inflamación T2 alta es provocada por alérgenos (asma alérgica eosinofílica) o factores no alérgicos (asma eosinofílica no alérgica) producida por agentes infecciosos e irritantes. Se caracteriza por la producción de las citocinas IL-4, IL-5 e IL-13 mediante la expresión del factor de transcripción GATA 3 en células tipo Th2 y en células linfoides innatas de tipo 2 (ILC2)9,10.

Recientemente, se ha demostrado que en el asma eosinofílica no alérgica las células linfoides innatas del grupo 2 (ILC2) también juegan un papel igualmente crítico en las respuestas inmunes tipo 2. Las ILC constituyen una familia de linfocitos innatos negativos al linaje que son distintos de las células T y B y no participan en la activación clásica específica de alérgenos. Sin embargo, las ILC son potentes productores de citocinas prototípicas tipo 2. Si bien tienen una distribución tisular generalizada, las ILC2 son particularmente altas en los tejidos de las vías respiratorias y producen grandes cantidades de IL-5 e IL-13 en respuesta a los mediadores liberados de las células epiteliales en respuesta a factores estresantes como la infección o la inflamación4,11,12.

Algunos pacientes tienen enfermedad predominante de neutrófilos con liberación de citoquinas de células T helper 1, células T helper 17, 21 o células linfoides innatas tipo 3, con activación de macrófagos y liberación de quimiocinas de neutrófilos como el motivo C-X-C ligando de quimiocina 813. Sin embargo, las bronquiectasias son una comorbilidad común del asma severa en adultos, una respuesta neutrófilica podría reflejar colonización bacteriana14 o efectos de los corticosteroides en la supervivencia de neutrófilos y supresión de la inmunidad tipo 2, lo que lleva a regulación positiva de la inmunidad tipo 1 o tipo 17.

La hiperreactividad de las vías respiratorias es una característica presente en fenotipos de asma con o sin inflamación granulocítica en niños y adultos. En el asma, el músculo liso de las vías respiratorias es hipercontráctil, la remodelación de las vías respiratorias puede presentarse temprano en la infancia, lo que sugiere que no es simplemente una consecuencia de la inflamación15. La remodelación se caracteriza por daño epitelial y disfunción ciliar, hiperplasia de células caliciformes, aumento del grosor de la lámina reticular y de la membrana basal16, vascularidad aumentada y aumento de miofibroblastos subepiteliales, fibrocitos y masa del músculo liso de la vía aérea, este último es el predictor más fuerte de la limitación del flujo aéreo17.

Estas características de remodelación conducen al engrosamiento de la pared de la vía aérea, estrechamiento luminal y taponamiento de moco, con pequeña obliteración de las vías respiratorias18.

Fenotipos y endotipos

El “fenotipo” se define como “las características visibles de un organismo, resultante de la interacción entre sus composición genética y medio ambiente”19. El endotipo es un concepto más ambicioso, que va más allá del fenotipo, y hace referencia al proceso biológico que explica las propiedades observables de un fenotipo. El endotipo implica la identificación clara del mecanismo subyacente, lo que permite identificar objetivos terapéuticos concretos20. En relación a los fenotipos, se han propuesto múltiples clasificaciones, todas ellas “sesgadas”, así calificadas porque tienen en cuenta solo un pequeño número de variables asociadas a la enfermedad. Dentro de estas aproximaciones estaría la clasificación de los fenotipos en función de: el origen del asma –extrínseca (alérgica)/ intrínseca (no alérgica)–; la edad de inicio: asma de inicio precoz/asma de inicio tardío; los desencadenantes: asma relacionada con el ejercicio, con el tabaquismo u otros irritantes, aspirina, entre otros; y, finalmente, según el patrón inflamatorio: los fenotipos clásicos eosinofílico, neutrofílico, mixto granulocítico, paucigranulocítico, o los más recientemente descritos fenotipos moleculares T2 alto y T2 bajo21,22.

El asma ha evolucionado con el tiempo de una enfermedad singular a un complejo de varios fenotipos, con variadas historias naturales, fisiologías y respuestas al tratamiento. Las primeras terapias trataron a la mayoría de los pacientes con asma de manera similar, con broncodilatadores y corticosteroides, pero estas terapias tuvieron diversos grados de éxito. Utilizando biomarcadores para seleccionar pacientes con inflamación tipo 2, los ensayos repetidos de productos biológicos dirigidos hacia las vías de citocinas tipo 2 tuvieron un nuevo éxito, lo que confirma la importancia de los endotipos en el asma23.

Asma bronquial de difícil control

Aunque la mayoría de los pacientes con asma pueden lograr el control de la enfermedad con la terapia de control estándar, aproximadamente el 5% tiene asma grave que sigue siendo controlada de manera inadecuada a pesar del cumplimiento del tratamiento estándar con un corticosteroide inhalatorio (ICS) de dosis alta más broncodilatador de acción prolongada24.

Los pacientes con asma grave no controlada o de difícil control tienen una morbilidad desproporcionadamente alta y una utilización de la asistencia sanitaria en comparación con sus pares con una enfermedad bien controlada. Aunque las opciones de tratamiento para estos pacientes eran previamente limitadas, con efectos secundarios inaceptables, la aparición de terapias biológicas para el tratamiento del asma ha proporcionado una terapia dirigida prometedora para estos pacientes. Las terapias biológicas se dirigen a vías inflamatorias específicas involucradas en la patogénesis del asma, particularmente en pacientes con un endotipo impulsado por inflamación tipo 2 (T2). Se ha demostrado que estas terapias dirigidas reducen las exacerbaciones del asma, mejoran la función pulmonar, reducen el uso de corticosteroides orales y mejoran la calidad de vida en pacientes seleccionados adecuadamente25.

Los productos biológicos disponibles actualmente, que incluyen anti-IgE, anti-IL-5 / IL-5R y anti-IL-4Rα, se dirigen principalmente a pacientes asmáticos con endotipo caracterizado por inflamación T2-alta.

Actualmente, el asma afecta a 1–18% de la población en varios países2.

En nuestro país la prevalencia de asma alcanza cerca del 6% de la población. No obstante, si se toma una definición más amplia como el Asma diagnosticada por el médico, el porcentaje se ubica en 9,5%, es decir 1.383.621 habitantes, según la primera Encuesta Nacional de Prevalencia de Asma (2015)31.

El asma grave se caracteriza por la dificultad para lograr el control de la enfermedad a pesar del tratamiento de alta intensidad. Sin embargo, faltan cifras de prevalencia de asma grave, mientras que las estimaciones antiguas varían entre 5% y 10% de todos los pacientes asmáticos32. Sin embargo, esta pequeña proporción de pacientes es responsable de un uso sustancialmente mayor de los recursos de asistencia sanitaria más que otros pacientes asmáticos33. Una encuesta mundial sobre la gravedad y el control del asma en los niños y los adultos revelaron que la prevalencia del asma severa variaba de un país a otro y entre regiones (18% en Europa occidental, 19% en Estados Unidos, 11% en Asia-Pacífico, 15% en Japón y 32% en Europa central) (34). A pesar de estas variaciones entre países, se observó un impacto sustancial en vidas de los pacientes: uso frecuente de servicios de emergencia, repetidos ingresos hospitalarios, alto uso de corticosteroides sistémicos, limitaciones marcadas en la vida cotidiana y los deportes, pérdida significativa de días escolares y laborales y riesgo elevado de muerte35,36.

En la práctica clínica, distinguimos 3 niveles de gravedad del asma (leve, moderada y grave) y 5 pasos de tratamiento de la Iniciativa Global para el Asma (GINA)2. El asma leve se compone de los pasos 1 y 2 de GINA. El asma moderada, caracterizada por síntomas más severos y exacerbaciones más frecuentes, es el paso 3. El asma grave son los pasos 4 y 5 de GINA. Los pacientes más gravemente enfermos, es decir, aquellos que no lograr el control del asma a pesar de usar altas dosis de esteroides inhalados, están calificados para el paso 5 tratamiento biológico con anticuerpos monoclonales contra mediadores clave del asma. El objetivo clínico general en el asma es el control de la enfermedad, es decir, una terapia que proporciona una reducción óptima de los síntomas. Los medicamentos y sus dosis se modifican según los síntomas, la gravedad de la enfermedad y la frecuencia de exacerbación. El tratamiento puede intensificarse en ausencia de control o reducirse si se logra un control óptimo de la enfermedad a largo plazo.

Por lo expuesto anteriormente y entendiendo los riesgos que conlleva el paciente con asma persistente severa se realizará una evaluación del estado previo al inicio del tratamiento específico de 12 pacientes asmáticos severos, luego de ser clasificados correctamente según el endotipo y fenotipo de asma bronquial, así como también una evaluación a los 6 y 12 meses desde el comienzo del tratamiento con biológicos, valorando en todos ellos las modificaciones en calidad de vida desde la percepción del paciente y también del médico especialista.

Objetivos

Objetivos generales: evaluar la calidad de vida de los pacientes con asma bronquial persistente severa previa y posteriormente al inicio del tratamiento específico.

Objetivos específicos: clasificación de los pacientes asmáticos según GINA y estudios realizados: espirometría, laboratorio: con dosaje de IgE sérica total, recuento de eosinófilos y neutrófilos; valoración de calidad de vida de los pacientes asmáticos previo y posterior al inicio del tratamiento específico con biológicos mediante ACT (Asthma Control Test); valoración de la respuesta al tratamiento según Evaluación Global Efectividad Tratamiento por el médico (GETE).

Material y métodos

El asma bronquial es una enfermedad que afecta a gran parte de la población, el grupo de pacientes con asma de difícil control son un grupo reducido de ellos, que a pesar del cumplimiento de todas las pautas de tratamiento indicadas mantiene una muy baja calidad de vida, por ello la importancia de clasificarlos según su fenotipo y endotipo en las primeras instancias de la visita con el especialista ,esto permitirá disminuir el tiempo que estos pacientes se encuentran sintomáticos y por lo tanto, mejorar ampliamente su calidad de vida.

Se incluyeron pacientes de ambos sexos, mayores de 18 años con asma bronquial persistente severa que se iniciaron en el uso de biológicos, que concurrieron al Servicio de Alergia e Inmunología del Nuevo Hospital San Roque, Córdoba, Argentina entre marzo de 2016 y enero de 2019.

Se le realizó historia clínica con todos los datos personales, investigando enfermedad de asma, rinitis alérgica, etiología de la enfermedad, antecedentes familiares, antecedentes de tabaquismo y examen físico.

Criterios de inclusión y exclusión

  • Criterios de inclusión: pacientes de ambos sexos, mayores de 18 años con asma según criterios GINA.
  • Criterios de exclusión: pacientes con enfermedades crónicas, tales como cardíacas, renales o gastrointestinales. Enfermedad aguda inflamatoria. Patología oncológica.

    Conformación de la muestra en estudio

    Pruebas de función respiratoria: Espirometría

    Es la técnica de exploración de la función respiratoria que mide los flujos y los volúmenes respiratorios útiles para el diagnóstico y el seguimiento de patologías respiratorias. Se realizó con aparato portátil Spirobank II New. Se midió la capacidad vital forzada (CVF), volumen espiratorio forzado en el 1er segundo (VEF1), y relación entre el VEF1 / CVF utilizando criterios de la American Thoracic Society (ATS)26.

    Se realizó la espirometría en estado basal y luego pos broncodilatador (Pos BD) a los 15 minutos, utilizando salbutamol 400 µg. Estas fueron realizadas dentro de un horario regular de 7 a 8 AM, para todos los pacientes. Se define a la CVF: como cantidad de aire que se moviliza en una inspiración o espiración máxima forzada. Se expresa en litros (l) y como un tanto por ciento frente a una tabla de cifras teóricas para los datos antropométricos del paciente (en relación a su edad, altura, sexo y raza). Su valor normal es de 3 a 5 l y debe ser mayor del 80% del valor teórico.

    Se define al VEF1: como la cantidad de aire que se moviliza en el primer segundo de una espiración forzada. Es un flujo, no un volumen (mililitros / 1 segundo), de modo que puede expresarse como ml/s o como un tanto por ciento frente a sus cifras teóricas. Su valor normal es mayor del 80% de lo predicho según las tablas de ATS según altura y peso de los pacientes o controles.

    Estudios de laboratorio

    Se trabajó con sangre, obtenida por punción endovenosa; se realizaron estudios de citológico completo, por hemocitometría, con especial enfoque a los eosinófilos y neutrófilos.

    Determinación de inmunoglobulina E total

    Se realizó por la técnica de ELISA, utilizando un ensayo inmunométrico quimioluminiscente en fase sólida (ECLIA). Para obtener un funcionamiento óptimo, es importante realizar todos los procedimientos según lo definido en el manual del operador Cobas e 411 (Roche Diagnostics®).

    Los niveles de IgE fueron determinados usando la curva con los calibradores provistos por el laboratorio productor del equipo de estudio e interpolando los valores obtenidos con los puntos de dicha curva. Rango de detección mínimo de 0,5 kU/l de IgE a 2000 kU/l, para concentraciones del primer estudio. En caso de mantener valores de ≥ 2000 kU/l al final de la determinación, se puede extender el rango de detección, usando diluyente para niveles altos y en el caso de ser menor a 0,5 kU/l se usa el ajustador para niveles bajos. Todos provistos por el laboratorio productor del kit. Todas las determinaciones se realizaron por triplicado, con un cv 2% entre la primera y segunda determinación y 3,5% entre la primera y tercera determinación.

    Test cutáneos

    La prueba de punción cutánea prick test es un procedimiento esencial para confirmar la sensibilización en la enfermedad alérgica mediada por IgE en sujetos con rinoconjuntivitis, asma, urticaria, eccema atópico y alergia a los alimentos y medicamentos27. El método recomendado incluye el uso apropiado de extractos alergénicos específicos; en este caso se utilizó del laboratorio Stallergenes y los alérgenos utilizados fueron: mezcla de dermatofagoides (Dermatophagoides pteronyssinus y Dermatophagoides farinae), mezcla de hongos aerógenos (Alternaria, Aspergillus, Hormodendrum, Mucor, Penicillium, Rizhopus), mezcla de gramíneas (Cynodon, Dactilis, Lollium, Phleum) y mezcla de compuestas (Amarantus, Ambrosia, Kochia, Salsola, Chenopodium). Celtis tala fue provisto por Laboratorio Diater. Como control positivo se usó histamina y para control negativo se usó solución salina. Todos ellos suspendidos en solución glicerinada al 50%. La interpretación de las pruebas se midió después de 15 a 20 minutos de aplicación, con un resultado positivo definido como una pápula de ≥3 mm de diámetro.

    Test de calidad de vida: Asthma Control Test (ACT)

    Es una herramienta autoadministrada por el paciente para identificar a las personas con asma mal controlada, presenta 5 ítems, con 4 semanas de recuerdo (sobre síntomas y actividad diaria), evalúa la frecuencia de la falta de aire y los síntomas generales del asma, el uso de medicamentos de rescate, el efecto del asma en la actividad diaria y la autoevaluación general del control del asma. Presenta una escala de 5 puntos (para síntomas y actividades: 1 = todo el tiempo a 5 = nada; para la calificación de control del asma: 1 = no controlado en absoluto a 5 = completamente controlado) Los puntajes varían de 5 (control deficiente del asma) a 25 (control completo del asma), con puntajes más altos que reflejan un mayor control del asma. Un puntaje ACT> 19 indica asma bien controlada (28).

    Es un test validado, correlacionándose con la calificación del especialista del control del asma determinada en base a la historia, el examen físico y el VEF1. Fue diseñada en inglés, aunque actualmente se encuentra traducida y validad en otros 34 otros idiomas. El ACT es confiable, válido y responde a los cambios en el control del asma a lo largo del tiempo en pacientes nuevos en el cuidado de especialistas en asma. En un entorno clínico, el ACT debe ser una herramienta útil para ayudar a los médicos a identificar pacientes con asma no controlada y facilitar su capacidad de seguir el progreso de los pacientes con el tratamiento29.

    Se realizó este test a todos los pacientes que participaron del estudio en un total de tres: antes del inicio del tratamiento, 6 y 12 meses luego del comienzo del mismo.

    Valoración de la respuesta al tratamiento según Evaluación Global Efectividad Tratamiento por el médico: Global evaluation of treatment effectiveness (GETE)

    Es una herramienta simple utilizada para medir la efectividad del tratamiento en pacientes con asma alérgica moderada a severa (mediada por IgE). Hay dos versiones disponibles: la versión del médico y la versión del paciente. Es una medida simple de la efectividad percibida del tratamiento que refleja los resultados clínicos y la calidad de vida relacionada con la salud, y no es una carga para los pacientes o los médicos (30).

    Consiste en cinco escalas categóricas, como sigue:

  • Versión del paciente: “¿Qué tan efectivo ha sido su tratamiento para controlar su asma?”
  • Versión del médico: “¿Qué tan efectivo ha sido el tratamiento para controlar el asma del paciente?”

    Posibles respuestas (lo mismo para ambas versiones):

  • control completo del asma
  • marcada mejoría del asma
  • mejora perceptible pero limitada en el asma
  • sin cambios apreciables en el asma
  • empeoramiento del asma.

    Este test también fue utilizado en este trabajo científico y se realizó luego de 6 y 12 meses después del inicio del tratamiento específico.

    Análisis estadístico

    La carga de datos se realizó en planillas de cálculo de Excel. Para el análisis estadístico, las variables cualitativas se trabajaron con frecuencias absolutas (número de casos) y con frecuencias relativas (porcentajes). Para las variables cuantitativas, se utilizaron el promedio y el error estándar como medidas descriptivas. También se utilizaron los valores máximos y mínimos para mostrar los rangos de dispersión. Se realizaron gráficos de Box-Plot en donde el borde superior de la caja representa el tercer cuartil (percentil 0,75), el borde inferior representa el primer cuartil (percentil 0,25), la línea dentro de la caja es la mediana y el punto dentro de la caja representa la media. Los bigotes representan los percentiles 0,05 y 0,95. Valores considerados como extremos se muestran como puntos por fuera de los extremos de los bigotes. Se utilizó el programa Infostat Profesional versión 2018 y SPSS versión demo para la realización de los gráficos y las pruebas estadísticas.

    Para las variables categóricas, se realizaron análisis de Chi cuadrado. Para las variables numéricas, se realizaron en primer lugar, test de normalidad para evaluar su naturaleza: test de normalidad de Shapiro Wilks y de Kolmogorov Smirnov. Una vez definido eso, se utilizaron test de Friedman o de Wilcoxon para muestras apareadas, dependiendo de las hipótesis estadísticas planteadas. Para todos los análisis estadísticos, p< 0,05 se consideró significativo.

    Resultados

    Se analizaron los datos de 12 pacientes, todos con asma severa según clasificación de GINA y con prick test positivos, tratados con omalizumab (n=11) y mepolizumab (n=1), la dosis utilizada fue acorde el peso y el valor de IgE de cada uno de los pacientes, el intervalo de colocación del mismo fue entre 15 y 30 días para la primera y cada 30 días para la segunda. El 92% de los pacientes fue de sexo femenino.

    Nueve pacientes (76%) eran no fumadores; 1 paciente (8%) era fumador pasivo, 1 paciente (8%) extabaquista y 1 paciente (8%) fumaba activamente.

    Con respecto a las asociaciones con otras patologías alérgicas, solo 2 pacientes no tuvieron ninguna otra asociación (17%). Los restantes tuvieron asociación con rinosinusitis alérgica (RNS) (n=6, 50%), con urticaria crónica espontánea (UCE) (n=2, 17%), con RNS+UCE (n=1, 8%) y con poliposis nasal (n=1, 8%). Todos estos datos se pueden observar en la Tabla 1.

    El promedio de edad fue de 55 ± 14 años; y hubo pacientes que tuvieron un promedio de 31 ± 17 años de evolución del asma (con mínimos de 5 y máximos de 54 años de evolución). En la Tabla 2 se pueden observar los valores de laboratorio que se realizaron previo al inicio del tratamiento con biológicos de los pacientes asmáticos severos que participaron en el estudio.

    A continuación, se analizó cuál fue la evolución de los pacientes con relación a los valores de ACT (Figura 1). Al inicio del tratamiento, los pacientes tuvieron puntajes medios de ACT de 10,17 ± 1,44 (con valores mínimos de 5 y máximos de 20). A los 6 meses de empezar el tratamiento, este valor aumentó a un promedio de 22,33 ± 0,68 (valor mínimo de 19 y máximo de 25); y a los 12 meses de tratamiento los pacientes presentaron valores medios de 24,67 ± 0,14 (con valores mínimos de 24 y máximos de 25). Las diferencias observadas en el tiempo fueron estadísticamente significativas (p< 0,0001).

    A continuación, se analizó como fue la evolución de los pacientes en sus valores de espirometría, pre- y posbroncodilatadores (Figura 2). Cuando las hubo, las diferencias entre grupos se marcaron con *). En las mediciones iniciales, no se observaron diferencias en las medias de los valores de espirometria pre- y post-BD (p=0,4368). En el sexto mes, y en el mes 12; si se observaron diferencias entre las medias de los valores de espirometría pre y pos BD. Tanto para las mediciones realizadas a los 6 meses, como a los 12, las diferencias observadas fueron estadísticamente significativas (p=0,0024 y p=0,0004; respectivamente).

    Con relación al tiempo de evolución de los pacientes (resultados expresados en letras en la Figura 2; donde se compara la evolución en el tiempo en el grupo de pre-BD [con minúsculas] y la evolución en el tiempo en el grupo de post-BD [con mayúsculas]), se observó que en pre-BD hubo diferencias entre los resultados al inicio (48,6 ± 3,25) y a los 6 meses de evolución (79,1 ± 3,9). A los 12 meses los resultados no presentaron diferencias estadísticamente significativas con los obtenidos a los 6 meses (82,2 ± 3,8) (p< 0,0001). En los valores de post-BD, se observaron diferencias en las tres etapas de seguimiento: los valores iniciales de espirometria fueron de 50,1 ± 4,4, aumentando a 83,5 ± 4,4 a los 6 meses, y con resultados medios de 88,5 ± 4,15 a los 12 meses (p< 0,0001).

    Por último, se analizó cuáles fueron los valores de GETE observados por el paciente y por el médico, y como fueron evolucionando en el tiempo (Figura 3). En este caso, se observó una diferencia entre lo observado por el paciente y lo observado por el médico en los dos períodos de tiempo analizados (p=0,0237). Los valores de GETE reportados por los pacientes siempre fueron mejores que los reportados por el médico. Sin embargo, en ambos casos se observaron mejorías en el tiempo (p=0,0207). A los 6 meses, la mayoría de los pacientes refirió tener GETE excelente (control completo del asma) (42%) o bien (mejor control del asma) (33%), mientras que el profesional que los asistió no refirió haber observado ningún paciente con nivel excelente; y el 75% fueron clasificados como bien (mejor control del asma).

    El médico también detectó algunos pacientes con grado pobre (sin mejoría) (17%), que no fueron referidos por los pacientes. A los 12 meses, el 67% de los pacientes refirió tener GETE excelente (un 25% más de lo observado a los 6 meses), y los porcentajes en categorías bien y control de asma moderado (ligeramente moderado) disminuyeron (de 33% a 25% para bien y de 25% a 8% para control de asma moderado). En la evolución observada por el médico, un paciente empeoró (8%); pero el resto mostraron mejoría. Sin embargo, ese paciente fue diagnosticado con aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA) y por eso se observó esa evolución negativa. El resto de los pacientes fueron clasificados como excelente o bien. Del 75% que se habían categorizado como bien inicialmente, se observó una disminución a los 12 meses hasta un 50%; mientras que hubo un 42% que fueron reclasificados como excelente en este período.

    Discusión

    El presente trabajo científico aborda el estudio de diversos parámetros clínicos, bioquímicos e inmunológicos asociados a pacientes asmáticos clasificados posteriormente y de acuerdo a GINA en pacientes con asma severa de difícil control, permitiendo de esta forma lograr una mejor compresión de la enfermedad en este escalón.

    El estudio fue realizado de manera retrospectiva sobre 12 pacientes asmáticos severos, adultos, cuyas edades se encontraban ente los 18 y 60 años, de ambos sexos.

    La media de edad de los pacientes asmáticos participantes fue de 55 ± 14 años, siendo el 92 % de ellos mujeres, proporción algo elevada con respecto a la población de asmáticos de todas las categorías atendidos en el servicio de Alergia e Inmunología y también con el resto del Hospital San Roque, Córdoba.

    Al comparar nuestra población de estudio con trabajos publicados previamente, encontramos amplia variabilidad, en general hay publicaciones con diferente cantidad de pacientes integrantes, desde 14, 15 (31, 32) hasta incluso trabajos multicéntricos o multivariados (37, 39) que superan la lista de 100 asmáticos severos, así mismo en el primer caso, la existencia de esta cantidad de pacientes hace referencia a estudios en un mismo centro, prevaleciendo la misma cantidad de pacientes con asma persistente severa, al igual que en este trabajo.

    Pelaia C. describe, en un estudio observacional en Italia, con un total de 15 pacientes asmáticos severos, un 66.6% de mujeres vs. 33.3% de hombres, con una media de edad de 46,6 ± 13,21 años (31). Otro estudio realizado por Cabrejos S. presenta un porcentaje de mujeres asmáticas severas de 67%, sobre un total de 240 pacientes que formaron parte de un estudio multicéntrico con una edad de 45,4 ± 15 años39. Por último, se presenta un trabajo en Japón con 30 pacientes, 14 de ellos con terapia con biológicos (omalizumab) y 16 con terapia convencional, presentando un porcentaje aún mayor al anterior: 78,57% de mujeres y 21,42% de hombres con una media de edad de 59,2 años33.

    Comparando todas estas publicaciones, si bien los porcentajes varían según cada trabajo, en general se mantiene un amplio predominio por el sexo femenino, con similitudes también en el rango etario que presenta cada uno de ellos. Por lo tanto nuestros hallazgos concuerdan con la idea universal que en adultos afectados de asma el sexo es predominantemente femenino, en más del 70%40,41.

    Analizamos el índice de masa corporal (IMC), según la clasificación de la OMS, el grupo de pacientes asmáticos que participaron de este estudio presentaron en su mayoría valores que los situaban dentro de la clasificación de sobrepeso (media 28,47). En la actualidad, Argentina es un país que tiene el 61,6 % de la población con aumento de peso y 38,4 % peso normal según datos previamente publicados42. Los individuos estudiados en el presente trabajo, asmáticos severos,claramente presentaron sobrepeso, pero en un valor intermedio entre en obesidad grado 2 y normopeso. La ganancia de peso probablemente representa una asociación a características globales de la población de Argentina, aunque se debe tener en cuenta los efectos colaterales en pacientes asmáticos que usan corticosteroides.

    Un trabajo realizado por Schreiber J. en Alemania, sobre un total de 153 pacientes asmáticos severos, reportan un índice de masa corporal medio para esta población de 28,7 (sobrepeso)35. Del mismo modo, Tajiri T., en Japón, presenta un valor de IMC para los pacientes asmáticos severos de 25 ± 5,3, encuadrando este grupo en sobrepeso y obesidad grado 1.Esta es una diferencia importante con nuestros hallazgos, puesto que observamos más asmáticos con aumento de peso que con peso normal.

    Con respecto a los niveles de IgE en nuestro grupo de pacientes, encontramos un valor promedio de 724 kU/l (mín: 135 kU/l - máx: 1935 kU/l), este mismo dato se repite en diferentes series de estudios, lo que denota la importancia del aumento de los valores de IgE como precursora de la respuesta inflamatoria T2 alta. Entre estos trabajo podemos nombrar al realizado en Italia por Pelaia C., donde presenta un valor de IgE de 359 ± 222, 6 UI/ml, Hoshino M., publica un trabajo en Japón donde participaron 14 pacientes asmáticos severos tratados con omalizumab, encontrando un valor de IgE de 248 UI/ml, en un último estudio multicéntrico realizado en España, con un total de 240 pacientes asmáticos severos se encontró un valor de IgE de 302,5 UI/ml (154 UI/ml – 553,5 UI/ml)39. Observando estos valores podemos decir que si bien en todos podemos encontrar valores aumentados de IgE, en nuestro trabajo esos valores superaron ampliamente a los hallados por otros investigadores.

    Todos los pacientes asmáticos severos que formaron parte de este trabajo de investigación presentaron prick test positivos para aeroalérgenos, siguiendo los lineamientos correspondientes a Córdoba Capital, encontrando también una alta prevalencia de prick test positivos en diversas presentaciones científicas: 100% de positividad en pruebas cutáneas en pacientes asmáticos severos (33,36) y 93,8% reportados por Kirchenerová Ruzicková O. en una serie de 141 pacientes en República Checa34.

    Con respecto a los niveles de eosinófilos en sangre, encontramos previo al inicio de tratamiento valores de 534,02 células/mm³ (mín: 66 - máx: 1080). La eosinofilia puede ser considerada una herramienta para el diagnóstico de asma, asociada con la obstrucción bronquial reversible, debido a que el asma puede presentar niveles de eosinófilos aumentados, asociados a su característica en relación al perfil de respuesta Th2, Th9 43,44. Pelaia C. informa un valor de eosinófilos mayor que el nuestro: 647,1 ± 274,7 células/mm³ previo al inicio del tratamiento con mepolizumab, en un grupo de 14 pacientes con diagnóstico de asma alérgica eosinofílica severa, valores similares a los reportados por la misma autora en otra serie de 15 pacientes con asma severa que fueron medicados con omalizumab31.

    Haciendo referencia a los valores de espirometría, en las mediciones iniciales no se observaron diferencias en las medias de los valores de espirometría pre- y post- BD. En el sexto mes, y en el mes 12, sí se observaron diferencias entre las medias de los valores de espirometría pre- y post-BD. Tanto para las mediciones realizadas a los 6 meses, como a los 12, las diferencias observadas fueron estadísticamente significativas.

    Con relación al tiempo de evolución de los pacientes se observó que en pre-BD hubo diferencias entre los resultados al inicio (48,6 ± 3,25) y a los 6 meses de evolución (79,1 ± 3,9). A los 12 meses los resultados no presentaron diferencias estadísticamente significativas con los obtenidos a los 6 meses (82,2 ± 3,8). En los valores de post-BD, se observaron diferencias en las tres etapas de seguimiento: los valores iniciales de espirometría fueron de 50,1% ± 4,4, aumentando a 83,5% ± 4,4 a los 6 meses, y con resultados medios de 88,5% ± 4,15 a los 12 meses. Todo esto indicando la efectividad del tratamiento instaurado, no solamente permitiendo obtener valores más elevados, sino que también la persistencia en el tiempo de los mismos.

    Pelaia C. también informa este aumento, haciendo hincapié en que los valores obtenidos se mantienen estables en sus dos series de trabajos, tanto con omalizumab, como con mepolizumab (31,32). Hoshino M. muestra valores de VEF1 en sus pacientes asmáticos severos de 63,5 ± 13, 9% previo al inicio del tratamiento con biológicos (omalizumab) y 16 semanas posteriores informa un aumento del mismo valor: 73,5 ± 11,5%34.

    Un dato importante a analizar en este punto es la duración promedio de la enfermedad asmática en los pacientes que formaron parte de este estudio, encontrando en la mayor parte de ellos enfermedad severa de larga data, no controlada o mal controlada en otros casos; en el Estudio FENOMA, publicado por Cabrejos S., se describe una evolución de 16,3 años (9,8-26,3) para los 240 pacientes españoles de diferentes centros que formaron parte de la muestra; 16,2 ± 13,9 años para pacientes asmáticos de Japón, en un estudio publicado por Tajiri T. 22, 6 años de duración de la enfermedad hasta el momento del inicio de tratamiento para pacientes asmáticos en Londres, publicado por Holgates S. Similares datos aporta el trabajo realizado por Kirchenerová Ruzicková O34.

    En nuestro trabajo, en comparación a todos los datos expuestos anteriormente, encontramos una prevalencia de mayor cantidad de años de evolución de asma en algunos pacientes, alcanzando hasta 54 años de evolución, el resto en similitud con otros reportes, obteniendo una media de 30,83 años (5 a 54 años).

    La prevalencia de otras enfermedades alérgicas en los pacientes con asma severa, fue otro dato que aportamos en este trabajo, encontrando un alto porcentaje de asociaciones, lo que implica peor calidad de vida para estos pacientes; entre las comorbilidades que encontramos se encuentran: rinosinusitis alérgica (RNS) (n=6, 50%), con urticaria crónica espontánea (UCE) (n=2, 17%), con RNS+UCE (n=1, 8%), RNS+dermatitis atópica (DA) (n=1, 8%) y con poliposis nasal (n=1, 8%). Solo 2 pacientes (17%) no presentaron asociación con otra enfermedad alérgica.

    La historia de otras comorbilidades atópicas se describen en otros trabajos de investigación con pacientes asmáticos severos, incluso con mayor porcentaje de aparición, como en el estudio publicado por Holgates S., en donde se informa una asociación igual a 51,6% con rinitis alérgica estacional, 65,9% con rinitis alérgica perenne y 13, 5% con dermatitis atópica. De esta misma manera, en el estudio español multicéntrico publicado por Cabrejos S. se informa que de los 240 pacientes asmáticos severos: 77, 1% (n= 185) padecían rinitis, 18,7 % (n= 45) poliposis nasal, 11,2% (n= 27) sinusitis crónica y 11,2% (n= 27) dermatitis atópica.

    Existen numerosas pruebas para medir calidad de vida en los pacientes asmáticos, el Asthma Control Test (ACT) es una herramienta confiable, fácilmente compresible y fácil de completar.

    Este cuestionario reveló un buen control del asma en todos los pacientes de nuestro trabajo, al inicio del tratamiento, los pacientes tuvieron puntajes medios de ACT de 10,17 ± 1,44 (con valores mínimos de 5 y máximos de 20). A los 6 meses de empezar el tratamiento, este valor aumentó a un promedio de 22,33 ± 0,68 (valor mínimo de 19 y máximo de 25); y a los 12 meses de tratamiento los pacientes presentaron valores medios de 24,67 ± 0,14 (con valores mínimos de 24 y máximos de 25).

    Pelaia C., en sus dos presentaciones, y también Cabrejos S. utilizaron este mismo cuestionario de calidad de vida en sus pacientes asmáticos severos, obteniendo mejorías tal como describimos con nuestro estudio: ACT inicial previo a tratamiento con Omalizumab: 14,6 ± 2,97, al año, ACT: 19,20 ± 2,98 y a los 5 años de inicio de tratamiento se obtuvo un ACT: 21,67 ± 2,38.

    En el estudio realizado por Pelaia C. con pacientes asmáticos severos en tratamiento con mepolizumab, se encontró un ACT inicial: 13,64 ± 3, ACT al mes de inicio de tratamiento específico: 18,86 ± 3,15 y al finalizar el estudio a las 24 meses se obtuvo una puntuación de ACT: 20,7 ± 1,94.

    Por último, en el estudio multicéntrico español se obtuvieron los siguientes resultados para el cuestionario ACT al inicio del tratamiento un valor 14 (11-16) y al año de comenzado el tratamiento específico con omalizumab se obtuvo una puntuación de 22 (20- 24).

    Global evaluation of treatment effectiveness (GETE) es otra herramienta muy utilizada en la evaluación de la respuesta a tratamientos con biológicos, no solo cuenta con la opinión del paciente, sino también la percepción del médico en el mismo momento, es sabido que los pacientes asmáticos con mal control de sus síntomas o con asma severa, tienden a tener una visión errónea de sí mismos y de su enfermedad, de aquí la importancia de la comparación entre la respuesta dada por el paciente y la opinión del profesional.

    Kirchenerová Ruzicková O. utiliza este cuestionario en su evaluación, obteniendo un alto porcentaje de pacientes respondedores de acuerdo a GETE, se evaluó a un total de 90 pacientes asmáticos severos en la semana 16 luego de haber iniciado tratamiento con Omalizumab: 81,1% (n= 73) con respuesta excelente, 7,8% (n= 7) con buena respuesta y un 11,1% (n= 10) de pacientes no respondedores.

    Otra serie publicada en Alemania por Schreiber J., que incluyó a un total de 153 pacientes asmáticos severos, con una duración de tratamiento de 3 años, se reportó que GETE fue excelente o muy bueno para la mayoría de los pacientes (67,46 – 84,69%). Los análisis revelaron una diferencia en la proporción de personas con GETE excelente, bueno o moderado al final del estudio entre pacientes que tuvieron exposición previa a la terapia durante al menos 4 meses antes del inicio del estudio (tratamiento experimentado, n = 106) y aquellos quienes no lo hicieron (tratamiento previo, n = 18), respectivamente. Al final de este estudio, GETE excelente se informó para el 27,36% (n = 29 de 106) y 33.33% (n = 6 de 18) de tratamiento experimentado y pacientes sin tratamiento previo, respectivamente. GETE bueno (es decir, mejora significativa en asma) se informó en 43.40% (n = 46 de 106) y 11.11% (n = 2 de 18) de tratamiento experimentado y pacientes sin tratamiento previo, respectivamente.

    En nuestro trabajo analizamos cuáles fueron los valores de GETE observados por el paciente y por el médico, y como fueron evolucionando en el tiempo. En este caso, se observó una diferencia entre lo observado por el paciente y lo observado por el médico en los dos períodos de tiempo analizados: 6 y 12 meses posteriores al inicio de tratamiento con biológicos (omalizumab - mepolizumab), tal como se describió al comienzo del enunciado. Los valores de GETE reportados por los pacientes siempre fueron mejores que los reportados por el médico. Sin embargo, en ambos casos se observaron mejorías en el tiempo. A los 6 meses, la mayoría de los pacientes refirió tener GETE excelente (control completo del asma) (42%) o bueno (mejor control del asma) (33%), y el 75% fueron clasificados como bueno (mejor control del asma).

    El médico también detectó algunos pacientes con grado pobre (sin mejoría) (17%), que no fueron referidos por los pacientes. A los 12 meses, el 67% de los pacientes refirió tener GETE excelente (un 25% más de lo observado a los 6 meses), y los porcentajes en categorías bueno y control de asma moderado (ligeramente moderado) disminuyeron (de 33% a 25% para bien y de 25% a 8% para control de asma moderado). Del 75% que se habían categorizado como bien inicialmente, se observó una disminución a los 12 meses hasta un 50%; mientras que hubo un 42% que fueron reclasificados como excelente en este período.

    Conclusión

    Este es un trabajo científico sobre pacientes con asma bronquial, enfermedad crónica de las vías respiratorias que afecta a más de 334 millones de personas en todo el mundo, con diferentes fisiopatogenias, que concluyen en una misma presentación clínica, particularmente se incluyeron a los pacientes con asma severa que recibieron tratamiento específico con biológicos: omalizumab o mepolizumab, luego de un exhaustivo examen de parámetros clínicos, bioquímicos, espirométrico e inmunológicos.

    Los hallazgos más importantes son:

    Los pacientes fueron clasificados según GINA.

    En nuestra población existe un amplio predominio del sexo femenino.

    La edad promedio fue de 55,42 años.

    Todos los pacientes presentaron prick test positivos.

    En referencia al IMC, se encontró en promedio prevalencia de pacientes con sobrepeso.

    83 % de los pacientes que participaron de este estudio presentaron asociación con otras enfermedades alérgicas: RNS-UCE-poliposis nasal, dermatitis atópica, incluso hasta más de dos asociaciones en algunos casos.

    Se encontró una edad promedio de evolución de años de 31 ± 17 años, es decir, pacientes que habían presentado síntomas desde la infancia temprana y con muy mal control de los mismos.

    Los valores de eosinófilos en sangre oscilaron entre 66 y 1080 células/mm³ con un valor de media de 534,02 células/mm³.

    El nivel de IgE se encontró por encima del valor promedio para nuestra población con una media de 724 kU/l.

    Los valores de VEF 1 en la espirometría de nuestros pacientes, evaluados previo al tratamiento, a los 6 y 12 meses posteriores al inicio muestran aumento del mismo y persistencia de esta mejoría en el tiempo.

    Las herramientas utilizadas para medir calidad de vida en los pacientes asmáticos severos fueron 2: por un lado Asthma Control Test (ACT) y por otro lado Global evaluation of treatment effectiveness (GETE), este último de gran importancia ya que también incorpora la opinión del especialista. Los resultados obtenidos fueron favorables, encontrando pacientes respondedores al tratamiento implicado, que no solo mejoraron en el primer control, sino que también presentaron una mejoría a los 12 meses, manteniendo siempre una buena evolución en la enfermedad.

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Autores

Romina Belén Defanti
Servicio de Alergia e Inmunología, Hospital San Roque. Córdoba, Argentina.
Susana de Barayazarra
Servicio de Alergia e Inmunología, Hospital San Roque. Córdoba, Argentina.

Autor correspondencia

Romina Belén Defanti
Servicio de Alergia e Inmunología, Hospital San Roque. Córdoba, Argentina.

Correo electrónico: secretaria@aaaeic.org.ar

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Valoración de la calidad de vida en pacientes con asma severa posterior al tratamiento con biológicos en el marco de la medicina personalizada

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Número 01 | Volumen 53 | Año 2022

Titulo
Valoración de la calidad de vida en pacientes con asma severa posterior al tratamiento con biológicos en el marco de la medicina personalizada

Autores
Romina Belén Defanti, Susana de Barayazarra

Publicación
Archivos de Alergia e Inmunologí­a Clí­nica

Editor
Asociación Argentina de Alergia e Inmunologí­a Clínica

Fecha de publicación
2022-09-30

Registro de propiedad intelectual
© Asociación Argentina de Alergia e Inmunologí­a Clínica

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